Acostada al lado de mi durmiente abuela, con los murmullos de Misión Imposible II puesta en la televisión y mi tía arreglándose las uñas (si, puedo leer muy detenidamente mientras pasan tantas cosas a mi alrededor), me dispongo a leer Demasiados Héroes de Laura Restrepo como recomendación de Arnoldo Rangel (@arangele). De la autora de uno de mis primeros libros favoritos (de esos que leí cuando tenía 12 años) "Delirio"; inaugura la Biblioteira Comentada la escritora de una novela tan elocuente, llena de diálogos enérgicos y tan naturales que en las primeras 100 páginas ya sientes como si conocieras a sus personajes.
Me encanta que entra de una vez en la historia en su primera página, con diálogos y todo. Yo también me he preguntado por qué, por ejemplo en Venezuela le tenemos diferentes nombres a una misma cosa (zapatos, sandalias, chancletas, cotizas) cuando en inglés es una sola cosa 'shoes'.
La historia comienza con el relato de una historia de amor... Hablando de relaciones locas, conozco muy de cerca una relación como la de Lorenza y Ramón que mientras todo sucedía bajo perfil y sobre todo porque la madre de la cristiana no podía enterarse, ella amaba irrevocablemente al cristiano. Cuando, cuatro años después, se atrevieron a decirlo, la cristiana endiablada se aburrió del cristiano abandonado y se buscó otro que pudiese volver a esconder y así regresar a la dictadura de su madre. Supongo que si, hay gente así de extraña, dictaduras y sociedades que si no están bajo un yugo, no son felices.
Mateo es muy vivaz. Muy metódico. Me encanta lo interesado que es por los detalles y me encanta también que Lorenza no sea de las que cuenta las cosas con los típicos:
–¿Recuerdas qué juguetes?
–Si. Entre la bolsa meto un payasito y tal y unos cordones ahí... y un frasco y vaina... normal. Más nada... Creo.
Y así como así acabo de engancharme con este libro. ¿Cómo es que viaja a ver a su padre y se lo llevó cuando pequeño? ¿Cómo volvió con su madre... con Lolé... ¡Con Lorenza!? ...Ramón, Forcás, Lorenza, Lolé, Aurelia... (¡Estos autores que le ponen nombres, sobre nombres y sobre-sobre nombres a sus personajes!). Pobre Mateo, gracias a Dios y no es un malandro, drogadicto, narco y mal viviente (¿O lo es?) con tan poca estabilidad.
Y hablando de todo como los locos: música... parece que si, en Latinoamerica el rock de hippies fumahierba es la música de Izquierda. Tan raro.
Pudo haber evitado y no evitó. Pudo haber visto y
no vio. Pudo haber sabido y no supo. Pudo haber impedido,
y no impidió.
El eterno dilema de la vida, donde muchos nos quedamos anclados, en pensar lo que pudo ser y no fue. Es curioso como Lorenza se sigue culpando de no haber impedido que se llevaran a Mateo aunque lo tiene ahí en un lado. ¿Algo le pasó a Mateo en ese viaje? ¿Algo grave? Les confieso que hasta estoy por pensar que Mateo es un fantasma y ella una esquizofrenica que ve a su hijo en todas partes... ¡En serio!
Escogieron una mesa contra la ventana para ver pasar
a la gente, y Mateo, que parecía decidido a actuar
acorde con su pinta de hombre de mundo, retiró la silla
para que su madre se sentara. Luego puso su mejor
voz de adulto y, como quien ordena un whisky doble
en la barra, le pidió al mesero dos vasos de leche.
¡Estoy enamorada de Mateo! Parece tan Venezolano. Jaja. Y bueno, el mesero lo vio, es obvio ya que no es una visión de la madre.
Hace unos meses leí El Sari Rojo de Javier Moro (100% recomendable) y cuando Lorenza compara su partido con una mezquita no pude por menos recordar a Sonia Gandhi, quien no había terminado de enterrar (o más bien, quemar) a su marido ni empezar a llorarlo bien cuando el Congress le pedía formar parte del partido sin siquiera darle oportunidad de pensarlo, de llorar a su esposo. La política es como el trabajo de los super héroes, ahí los tienes, trabajando por la gente, sin poder tener novia o familia porque primero está Ciudad Gótica o Nueva York y después, si puedes, Mary Jane o Pepper Pots, eso, si no se las han llevado para vengarse del pobre Spiderman (¡Gwen no tenía que morir!).
Por otro lado, en serio, yo llego a ver un animal de estos y no vuelvo a Panamá...
Hace unos meses leí El Sari Rojo de Javier Moro (100% recomendable) y cuando Lorenza compara su partido con una mezquita no pude por menos recordar a Sonia Gandhi, quien no había terminado de enterrar (o más bien, quemar) a su marido ni empezar a llorarlo bien cuando el Congress le pedía formar parte del partido sin siquiera darle oportunidad de pensarlo, de llorar a su esposo. La política es como el trabajo de los super héroes, ahí los tienes, trabajando por la gente, sin poder tener novia o familia porque primero está Ciudad Gótica o Nueva York y después, si puedes, Mary Jane o Pepper Pots, eso, si no se las han llevado para vengarse del pobre Spiderman (¡Gwen no tenía que morir!).
Por otro lado, en serio, yo llego a ver un animal de estos y no vuelvo a Panamá...
¡Y una culebra suicida! ¡No, Panamá, creo que no te visito pronto! Lol. ¿De verdad tienen tantos animales exóticos rondando las casas así?
Pobres. Yo creo que también sufro de Cretinismo Topográfico. Me cuesta orientarme en ciudades nuevas. Me ha pasado que vengo de norte a sur y entro en una tienda y al salir lo hago de sur a norte. Es vergonzoso si voy acompañada, "¡Chacha, a donde vas?".
Además del tema político, el tema del padre perdido (que aún no me aclaran, se lo llevó pero sigue con la madre), me llama mucho la atención que además, en esta obra, podemos ver el dilema que surge entre una madre y su hijo y el cambio o las etapas que se van quemando mientras el hijo va creciendo hasta que se vuelve independiente y ya no necesita ni quiere tener a su mamá pegada a todo, todo el tiempo. ¡Sin dejar de lado el tema del amor! Porque parece que una "buena historia" siempre tiene que tener su cuota de romance. Así mismo en lo social, cómo la población de un país es culpable de las circunstancias en que se vive:
Ahí supo que la dictadura
no solamente la ejercían los militares, sino también
una parte de la población sobre la otra, y que no sólo
era política sino también moral, como un agua podrida
que iba impregnándolo todo, hasta los pliegues más
íntimos de la vida.
¡Qué razón tiene la Restrepo! A veces, no se trata de las leyes ni el gobierno, sino tu mismo vecino quien te reprime por pura creencia, porque tiene ideas distintas a las tuyas y se cree con el poder de pisotearte... Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
Mañana haré un poco de tarea y luego continuo la lectura. 181 páginas de 359. *wink wink*
Guao gracias por seguir la recomendación... Muy buena la lectura casi y la vuelvo a leer
ResponderEliminarJajaja. ¡Qué bueno! Y gracias a ti por recomendarme tan buen libro. Un beso.
Eliminar